jueves, 4 de septiembre de 2014

Cuándo usar la suerte en el diseño de un juego para jugadores experimentados

Hablando con un compañero de trabajo sobre el blog me ha comentado que hace poco compró en Homoludicus el juego de mesa Terranova, con algunas similaridades, por lo que me dice, con Carcassonne en cuanto a la mecánica del juego pero distinto en varios aspectos, tales como el tablero que es fijo en este caso. Este compañero me ha comentado que se parece más al ajedrez y que le gusta más que otros en los que, una vez se tiene la estrategia planificada la acción depende de los dados.

 
Partida de Terranova (Fuente: http://lexfrikimalacitana.blogspot.com.es/)
El caso que ha usado para ejemplificarlo es el Risk, en el que con una estrategia bien planificada y atacando a un contrincante claramente inferior, ésta consigue ganar únicamente debido a la suerte de los dados, lo que hace que el jugador experimentado se sienta frustrado.

Estamos de acuerdo en que los dados equilibran la suerte, sobre todo en juegos infantiles, es más, la aleatoriedad puede ser divertida pero en el momento adecuado. El ejemplo que ha usado es Carcassone. La suerte hace que obtengamos una ficha de terreno u otra y, en función de la misma, tomamos la decisión sobre qué hacer. El problema que un jugador experimentado como mi compañero tiene con la suerte es cuando esta aparece tras haber hecho el trabajo de planificación de la estrategia.

Creo que es una visión interesante sobre cúando y cómo utilizar la aleatoriedad cuando el target del juego son jugadores con experiencia.




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